La estrecha relación entre la montaña y el mar, el tipo de suelos marcadamente calcáreos y fértiles, la relativa abundancia de agua y un clima cálido y húmedo propiciaron el desarrollo de una amplia gama de especies vegetales de gran importancia, por su diversidad genética. y la gran escala de sus elementos.

Estos fueron los factores decisivos para el desarrollo de una variada fauna, desde una enorme diversidad y rareza de especies de invertebrados hasta grandes mamíferos, donde la especie humana se ha asentado desde el Paleolítico.

La ocupación humana de Arrábida se evidencia en varias huellas desde la prehistoria hasta los tiempos modernos. La arqueología y la historia han revelado que esta ha sido una región privilegiada para vivir, construir asentamientos, explorar las riquezas forestales y agrícolas y, desde hace un tiempo, disfrutar como zona de ocio de gran belleza.

Desde 1971 se estableció un estatuto legal para la protección de Arrábida y en julio de 1976 se creó el Parque Natural de Arrábida. Esta clasificación creó la protección de todos los valores geológicos, geomorfológicos, florísticos, faunísticos y paisajísticos del territorio, así como de los testimonios históricos, culturales y patrimoniales creados y dejados aquí por la presencia humana. En 1998, toda el área marina de Arrábida fue incorporada al régimen de protección, con la designación de Parque Marinho Profesor Luiz Saldanha.

Este estatus de protección fue fundamental para subrayar la frase de Fray Martinho de Santa María, cuando llegó aquí para fundar el Convento de Arrábida en el siglo XVI.